El divorcio no es sencillo a ninguna edad, pero las parejas mayores de 50 años suelen enfrentarse a dificultades que las parejas más jóvenes no tienen. El llamado divorcio gris conlleva problemas económicos, emocionales y prácticos que merecen una atención especial. Si usted tiene entre 50 y 60 años o más y está pensando en divorciarse en Florida, saber lo que le espera le ayudará a prepararse y proteger su futuro.
División de cuentas de jubilación
Cuando la mayoría de las parejas alcanzan los 50 o 60 años de edad, llevan décadas ahorrando para la jubilación. La división de esos activos es una cuestión importante en los divorcios de personas mayores. En Florida, las cuentas de jubilación, como los planes 401(k), las cuentas IRA y las pensiones, se consideran bienes gananciales si se han acumulado durante el matrimonio. Eso significa que pueden estar sujetos a una distribución equitativa, aunque sólo estén a nombre de uno de los cónyuges.
Algunos activos de jubilación están sujetos a una orden judicial, conocida como Orden Calificada de Relaciones Domésticas (QDRO, por sus siglas en inglés), para que puedan dividirse sin incurrir en sanciones o consecuencias fiscales. Este paso es especialmente importante para las pensiones y los planes 401(k). Sin esta orden, la transferencia podría conllevar impuestos o comisiones por retiro anticipado.
Si se divorcia en una etapa avanzada de la vida, dividir las cuentas de jubilación puede significar replantearse su planificación de jubilación. La conciliación debe reflejar no solo lo justo en el momento actual, sino también cómo se las arreglará cada cónyuge en los años venideros.
Seguro de salud y cobertura médica
El seguro de salud es otro tema importante para las parejas que se divorcian en la mediana edad y más allá. Si uno de los cónyuges dependía del plan de salud patrocinado por el empleador del otro, esa cobertura suele terminar una vez que se finaliza el divorcio.
En muchos casos, el cónyuge dependiente puede ser elegible para la cobertura COBRA, que puede extender el seguro de salud hasta por 36 meses. Sin embargo, COBRA puede ser costoso y solo es una solución temporal.
Las personas menores de 65 años pueden tener que contratar una cobertura a través del Mercado de Seguros Médicos. Si es mayor de 65 años, Medicare podría ser una opción, pero es posible que no cubra todas sus necesidades. La planificación de los gastos médicos después del divorcio debe formar parte de cualquier discusión sobre el acuerdo, especialmente cuando hay condiciones crónicas o intervenciones médicas previstas.
Seguridad Social y prestaciones conyugales
A muchas personas les sorprende saber que un cónyuge divorciado puede seguir teniendo derecho a recibir prestaciones de la Seguridad Social por los ingresos de su excónyuge. El requisito fundamental es que el matrimonio haya durado al menos 10 años y que la persona solicitante tenga al menos 62 años de edad y no esté casada.
Esta prestación no reduce ni afecta a los ingresos de la Seguridad Social del excónyuge. En algunos casos, puede suponer un importante colchón financiero, especialmente para el cónyuge con menores ingresos.
Es importante que entienda sus opciones con antelación para poder tenerlas en cuenta al planificar su jubilación. Un abogado especializado en derecho de familia puede explicarle cómo el divorcio puede afectar a su elegibilidad y a sus decisiones en cuanto a la presentación de solicitudes.
Cuidados a largo plazo y envejecer en solitario
A medida que las parejas envejecen, los cuidados a largo plazo se convierten en una preocupación cada vez mayor. El divorcio puede añadir otra capa de incertidumbre. Es posible que ya no tenga un cónyuge en quien confiar para que le ayude con sus necesidades médicas o las tareas de la vida diaria. Planificar los cuidados, ya sea a través de un seguro, ahorros o ayudas de los hijos adultos, debe formar parte de cualquier estrategia de divorcio.
Tenga en cuenta estas preguntas:
- ¿Tiene una póliza de seguro de cuidados a largo plazo?
- ¿Ha actualizado su poder notarial o su poder de representación para la atención médica?
- ¿Su situación de vivienda seguirá ajustándose a sus necesidades después del divorcio?
Un acuerdo de divorcio bien estructurado puede tener en cuenta las futuras necesidades de cuidados y reducir el riesgo de cargas inesperadas más adelante.
El impacto emocional del divorcio en edades avanzadas
Poner fin a un matrimonio de muchos años puede remover emociones profundas. Es habitual que surjan sentimientos de duelo, culpa, soledad y miedo, especialmente cuando están entrelazados los círculos familiares y sociales. También puede ser difícil para los hijos adultos asimilar la noticia, aunque ya se hayan mudado del hogar familiar.
Los sistemas de apoyo se vuelven aún más importantes en un divorcio entre personas mayores. Ya sea a través de terapia, orientación grupal o amigos de confianza, tener a alguien con quien hablar puede marcar una importante diferencia. Superar la situación lleva tiempo, pero es posible abrir un capítulo nuevo y satisfactorio.
Reconstruir la seguridad financiera
Después de un divorcio, no es raro sentirse en desequilibrio financiero, especialmente si se dependía de los ingresos o los ahorros para la jubilación del cónyuge. Puede que, en esta etapa de la vida, reconstruir la estabilidad exija un enfoque diferente al que se tendría a los 30 o 40 años.
A continuación, se ofrecen algunos consejos para recuperar la estabilidad:
- Elabore un presupuesto tras el divorcio y cúmplalo.
- Reduzca el tamaño de su vivienda si es necesario.
- Actualice su plan de sucesión, incluyendo testamentos y beneficiarios.
- Consulte con un asesor financiero para ajustar su estrategia de jubilación.
Aunque este proceso puede resultar abrumador, también puede aportar claridad y una sensación de independencia.
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